jueves, 14 de enero de 2010

Peces en el aire

El agua más clara, siempre a la salida del sol, se ve brillar, encandilando junto con el juego de los reflejos. Al igual que las sucias mentiras, transparentes y algunas maléficas, a tal punto descartan su camuflada piedad; despacio y sencillamente rodean en el tiempo, como el clima de atardecer todas la miradas, las acciones tensas y las bienvenidas temerosas. Cuando la temperatura de esas aguas se asilan a corazones pedofilos, cuando el brillo ya no es un reflejo y las lágrimas son parte de la decadencia de un encantador mar que fue. Cuando sientas el calor tan lejos, el cuerpo una piedra, no temas porque tu tiempo llegó para dar las lecciones de hoy. Y aunque creas que todos los silencios y embustes terminan igual, aunque pienses que todas las amistades perduran igual, quizás estés hablando con tu mejor acompañante, la soledad.

Escrito por Sabrina Marty

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